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Urban Violence
Africa | Global

Los datos y las ciudades: Medidas prácticas para utilizar los datos en la prevención de la violencia urbana

¿Cómo pueden los líderes municipales utilizar la información basada en datos para respaldar y mejorar su comprensión de la violencia en sus ciudades?

Urban cityscape with data lines overlaid on top of the graphic.

Los dirigentes de las ciudades pueden beneficiarse mucho del uso de datos para entender mejor la violencia que se produce en sus propias ciudades y tomar medidas para prevenirla. No obstante, antes de entrar en los detalles, es importante reconocer que la violencia es un problema muy extendido en muchas ciudades de todo el mundo. La violencia no es un problema exclusivo del Norte o del Sur, de determinadas regiones o grupos demográficos. De hecho, la inmensa mayoría de la violencia se produce fuera de los campos de batalla: en nuestros hogares y en nuestras calles. Los datos más recientes indican que más del 80% de todas las muertes violentas se producen al margen de conflictos,[1] y dado que más de la mitad de la población vive en zonas urbanas (cifra que se prevé que aumente hasta el 68% en 2050), se puede afirmar con certeza que la mayor parte de la violencia se produce en ciudades de todo el mundo.

Sin embargo, es igualmente importante reconocer que la violencia está hiperlocalizada. El perfil de la violencia, las personas más afectadas por ella, los factores de riesgo que intervienen y las medidas para prevenirla cambian de una ciudad a otra, de un barrio a otro y de una calle a otra. En América Latina, el 50% de los delitos se cometen en tan solo el 2% de las calles, y esta tendencia se mantiene incluso dentro de una misma ciudad. Por ejemplo, en Seattle (Estados Unidos), el 50% de los delitos se cometen en apenas el 5% de las calles.

Es por ello que los líderes locales y aquellos cuyo trabajo está profundamente integrado en sus comunidades son los mejor posicionados para prevenir y reducir la violencia. Esta labor debe partir de un conocimiento preciso y matizado de los tipos de violencia que afectan a comunidades y barrios concretos, que los dirigentes de las ciudades han adquirido tanto por medio de su trabajo como de las experiencias vividas. Ahora bien, aunque este conocimiento de la ciudad y su dinámica es invaluable e irreplicable, los dirigentes de las ciudades también deben utilizar los datos para complementar y mejorar su propia comprensión de la violencia en sus ciudades, y de los factores de riesgo y protección presentes. Estas son algunas de las formas en las que los datos pueden ayudar a los dirigentes de las ciudades en su toma de decisiones:

  • Mejorar la capacidad de alerta temprana: Los datos son una herramienta crucial para identificar tendencias y predecir la violencia. Esto permite a los responsables políticos establecer sistemas de alerta temprana y tomar medidas preventivas, lo que les permite romper los ciclos de violencia actuando antes de que se produzca.
  • Crear una red de información: Los datos permiten a los expertos y responsables de la toma de decisiones establecer paralelismos, encontrar similitudes y aprender de los fracasos y éxitos de otras ciudades. Al encontrar estas relaciones entre ciudades y contextos nacionales, los datos nos permiten aprovechar lo que ya se ha hecho y reproducir y adaptar soluciones.
  • Corregir prejuicios e ideas preconcebidas: La correlación no implica causalidad, y el conocimiento anecdótico puede desorientarnos sin darnos cuenta. Es crucial contrastar las hipótesis sobre la violencia y sus factores de riesgo con los datos para garantizar que las políticas no reproduzcan dinámicas problemáticas ya existentes. Dicho esto, los propios datos pueden estar sesgados, tanto en su recopilación como en su análisis, por lo que es importante asegurarse de que haya sistemas para evitar que las ciudades caigan en esta trampa.

Todos estos aspectos en conjunto permiten que los datos ayuden a los responsables políticos a ser más justos, equitativos y eficientes en la asignación de recursos para la prevención de la violencia. En este contexto, no son pocas las fuentes que argumentan en favor de que las ciudades se apoyen en datos y soluciones probadas para hacer frente a la violencia que afecta a sus comunidades. Lo que a menudo falta es orientación práctica sobre qué significa eso y qué medidas pueden tomar para aprovechar al máximo los datos de que disponen o, en el caso de las ciudades que no disponen de datos suficientes, cómo pueden obtenerlos y producirlos.

Cuando los recursos son escasos y no existen protocolos bien establecidos para la recopilación y el análisis de datos, surge la necesidad de encontrar soluciones creativas y eficaces que permitan a las ciudades utilizar los datos en la elaboración de sus políticas. Una de las alternativas que los dirigentes de las ciudades deberían considerar es colaborar con las comunidades locales para producir datos hiperlocales desde la base.[2] Un gran ejemplo de este tipo de iniciativa es Map Kibera, en Nairobi (Kenia). El proyecto surgió cuando un grupo de jóvenes de Kibera, uno de los principales asentamientos informales de Nairobi, se dio cuenta de que su comunidad no figuraba en los mapas oficiales ni en las estadísticas de la ciudad. Se dieron a la tarea de recorrer la zona y empezar a cartografiar manualmente la comunidad. A partir de ahí, el proyecto evolucionó hasta convertirse en un mapa digital que registraba los servicios de seguridad, las luces averiadas, los lugares peligrosos y mucho más. Posteriormente, utilizaron esta información para colaborar con las autoridades locales y los responsables políticos a fin de orientar la prestación de servicios en la zona y apoyar los esfuerzos de prevención de la violencia. Además, crearon un sistema de notificación por SMS y una plataforma de periodismo ciudadano para ayudar a los residentes a informar sobre los problemas de la zona.

Website screenshot of a geo-map of Kibera, Kenya.

Foto: Captura de pantalla del Mapa OpenStreet de Map Kibera.

Por otra parte, hay ciudades que disponen de una gran cantidad de datos, pero no saben cómo utilizarlos más eficazmente para respaldar sus iniciativas de prevención de la violencia. Plataformas como Safe Cities pueden ser una herramienta muy valiosa para esas ciudades. Desarrollada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es una plataforma digital que proporciona a las ciudades un marco integral para identificar las causas subyacentes de los problemas relacionados con la delincuencia y la violencia, así como herramientas para diseñar, priorizar e implementar soluciones eficaces para hacer frente a sus desafíos más apremiantes. La plataforma integra datos dispersos de varios departamentos relevantes del municipio y los procesa mediante algoritmos inteligentes para ofrecer a las ciudades un diagnóstico que permita a los responsables de la toma de decisiones identificar los problemas más urgentes relacionados con la delincuencia y la violencia, determinar sus principales causas y adoptar soluciones pertinentes basadas en resultados a partir de una base de datos de políticas relevantes.

Estas iniciativas ejemplifican cómo las ciudades pueden superar algunos de los principales retos que plantea el uso de datos para la prevención de la violencia. Ya sea por falta de sistemas de datos existentes o por falta de sistemas para agregar y utilizar los datos ya disponibles, las ciudades suelen tener dificultades para responder a la necesidad de integrar mejor los datos en el diseño y la implementación de sus políticas. Cuando esto ocurre, es importante recordar que la prevención de la violencia es una cuestión que concierne a todo el gobierno y a toda la sociedad, y que las ciudades deben apoyarse en colaboradores de distintos niveles, desde organizaciones comunitarias a organizaciones internacionales, que puedan apoyarles en esta labor. Peace in Our Cities y otras redes similares también deberían considerarse aliados de confianza en este sentido, pues ayudan a las ciudades a acceder a la información y los recursos que necesitan para traducir las palabras en acciones.

Para las ciudades y las organizaciones de la sociedad civil interesadas en conocer mejor la plataforma de Safe Cities, PiOC está organizando un seminario web, en colaboración con el BID, para demostrar sus funciones y explicar cómo pueden utilizarla las ciudades. Regístrese aquí para asistir al evento.

Para obtener más información sobre Map Kibera y otras iniciativas que están aprovechando el potencial de los datos y la tecnología para impulsar la prevención de la violencia en las ciudades, lea el informe de la Reunión Regional de África de PiOC.  Este taller de carácter regional reunió a ciudades que son miembros de PiOC y a expertos para intercambiar información y experiencias sobre temas relacionados con la violencia de género, la juventud, los datos y la tecnología, el cambio climático y el crimen organizado en el contexto único de la rápida urbanización y cambio social de África.

[1] Es importante señalar que estas cifras son de 2021 y que, desde entonces, el mundo ha experimentado un aumento brusco muy poco habitual del número de muertes relacionadas con los conflictos, aunque las estimaciones siguen indicando que la violencia fuera de las zonas de conflicto constituye la mayor parte de la violencia mundial.

[2] En estos casos, es esencial que las ciudades aborden la recopilación de datos con arreglo a normas éticas claras. En contextos en los que faltan protocolos formales, es crucial que cualquier uso de datos generados por la comunidad priorice el consentimiento informado, la privacidad de los datos y la transparencia, garantizando que los residentes puedan decidir cómo se utiliza su información.